Con esta cápsula, nos gustaría hablar de la importancia del cerebro en la experiencia sexual y proponer unas pautas para incentivar la propia erótica.
Primero que todo, la erótica es la capacidad de percibir los estímulos y transformarlos en sensaciones subjetivas de placer a través de los sentidos. Es decir, estos se abren y recogen las sensaciones del entorno y después las envían a nuestro cerebro. Una vez registradas, nuestro cerebro es el que tiene el poder de decisión. Es decir, él es quien decide sobre cómo vivir estas sensaciones.
Por lo tanto, con él vamos construyendo nuestra erótica y potenciando nuestro autoconocimiento sexual.
Aun así, aunque la erótica se construye a nivel individual, es importante destacar que nuestra cultura puede influir a decirnos aquello que es placiente y aquello que no. Es decir, a causa de la carencia de educación sexual, muchas creencias han promovido una erótica más limitada, enfocada únicamente al coito y a los genitales, y afectando el descubrimiento de la sexualidad de cada persona.
Por todo esto, es importante promover una erótica individual mediante unas pautas que potencian nuestro cerebro sexual.
Lo primero para activar la mente sexual es preparar el ambiente. Es decir, crear un escenario atractivo y cómodo. Por eso, podemos usar una música que nos gusto, buscar una temperatura adecuada y velas que amenicen el momento. Además, podemos usar un ropa u objetos de decoración corporal que potencian la autoestima sexual y el deseo.
El ambiente está preparado;¿y ahora? El siguiente pasa sería adentrarnos en la mente y descubrir las propias fantasías sexuales. Estas son la mejor herramienta para activar nuestra mente erótica. Nos permiten introducir variaciones en nuestra vida sexual y nos empujan a salir de nuestra zona de confort sexual. Además, las fantasías son una gran fuente de autoconocimiento y aprendizaje, puesto que nos conectan con nosotros mismos y con nuestros deseos más íntimos. Y también, mejoran nuestra respuesta sexual, puesto que aumentan el deseo sexual, nos ayudan a excitarnos y pueden favorecer el orgasmo.
Además de esto, aquí también es clave la exploración del cuerpo de forma consciente y placiente. Esto quiere decir acariciar el propio cuerpo por el simple hecho de conectar con sus sensaciones, sin ninguna necesidad de llegar a nada. Solo disfrutar de tú y tu momento. También se puede hacer en la ducha disfrutando de cómo cae el agua por todas las partes del cuerpo. En este ejercicio lo más importante es centrarse en sentir y abrirse así a una sexualidad más allá de los genitales.
Además, podemos incluir un espejo, puesto que observarse mientras se disfruta potencia que muchos estímulos placientes llegan al cerebro por más vías y provocan sensaciones más completas, además de incentivar la autoestima corporal y entrenar la seducción.
Este ejercicio también se puede hacer en pareja mediante un masaje erótico. Consiste a disfrutar de la conexión y cura de los dos cuerpos. Se puede usar para dar el masaje cualquier objeto (por ejemplo: una pluma, un juguete sexual, aceites corporales), y cualquier parte del cuerpo, no solo las manos (por ejemplo: el pecho, los cabellos, la lengua, los labios...). Este masaje, además de entrenar la comunicación y la confianza, estimula la imaginación y la creatividad sexual, y genera una sexualidad que paso por todo el cuerpo.
Además de esto, podemos cultivar nuestra mente erótica otras maneras. Por ejemplo, con la literatura y las películas eróticas. Estas fortalecen los circuitos neuronales relacionados con el deseo sexual, es decir, potencian la mente erótica y ayudan a elaborar fantasías sexuales. Es una actividad individual fundamentalmente, pero que se puede compartir en pareja, fomentando la complicidad y la comunicación de preferencias sexuales. Además, sirve para coger ideas y ampliar el repertorio de actividades sexuales.
Finalmente, hay una gran variedad de juguetes eróticos que pueden ser muy útiles para el crecimiento erótico tanto individual como en pareja.
En definitiva, la erótica es experimentar la vida desde el bienestar, una manera de percibir los estímulos desde el placer. Y es nuestro cerebro el que nos guía en estas sensaciones, dándonos la oportunidad de experimentar una sexualidad más diversa y satisfactoria.
Recuerda, un encuentro erótico se puede iniciar y vivir de muchas maneras y aquello importando es ir descubriendo aquello que te causa placer y tener una predisposición para disfrutar.
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