En los últimos tiempos, la diversidad sexual empieza a visibilizar otras formas de orientación sexual diferentes de la heterosexualidad, como por ejemplo la homosexualidad o la bisexualidad. Aun así, otras opciones sexuales como la asexualidad siguen teniendo dificultades para tener un lugar válido en la sociedad
Vivimos en una sociedad que nos presiona para vivir nuestra sexualidad de una manera determinada: tienes que ser heterosexual, en pareja romántica, y sentir atracción por cuerpos normativos. Además, esta pareja tiene que mantener relaciones coitocentristas y focalizada en los genitales. En este modelo también se espera que las personas experimenten un deseo frecuente, se exciten y lleguen a orgasmos intensos y inmediatos.
Con todo esto, hay muchas personas que no encajan en esta forma de vivir la sexualidad y los lleva a cuestionar tanto su vida sexual como su persona;como las personas asexuales.
¿Qué es la asexualidad? La asexualidad es una vivencia personal donde no se experimenta ninguna atracción sexual, sin ninguna razón psicológica o cultural. Se caracteriza porque la persona no experimenta deseo sexual hacia otras personas, o bien solo siente esta atracción sexual en condiciones muy puntuales.
Seguramente las personas asexuales experimentan, en general, menos deseo de contacto sexual y menos excitación sexual, porque las otras personas no son inductoras del deseo. Es decir, el deseo o la excitación, en todo caso, se despertará por otros motivos como por ejemplo, caricias, o fantasías, pero no por la atracción a alguien en concreto.
Sin embargo, aunque muchos colectivos intentan visibilizar esta orientación, continúan habiendo muy pocos estudios e información sobre el tema. Además, la información existente invalida esta decisión y se lo asocia a problemáticas personales o sexuales, estigmatizando las personas asexuales por no experimentar la sexualidad desde la norma social. Muchas veces, se los atribuye una dificultad sexual como el deseo sexual bajo o la aversión al sexo para justificar esta ausencia de atracción.
También hay corrientes que tienden a magnificar la asexualidad como si fuera un hashtag que provoca exageradas diferencias personales y sociales. Es decir, muchas veces, se cree que no tener deseo sexual significa aislarse socialmente y no establecer relaciones íntimas, o verla como una rareza de personalidad.
Por eso, muchas asociaciones reivindican que el deseo sexual sea una cosa elegida y no obligatoria para pertenecer y recibir aprobación social.
Con todo esto, es importante entender que, como en todo, en la asexualidad hay una gran diversidad y matices en la hora de vivir esta carencia de atracción sexual.
Se habla de un espectro asexual, donde hay incluidas personas que experimentan esta ausencia de atracción sexual hacia otras en varios grados o con sus propias particularidades.
Por ejemplo, se suele hablar de grisexualidad, para el caso de aquellas personas que sí que sienten ocasionalmente atracción sexual hacia otras, de manera puntual. También se suele hablar de demisexualidad cuando se siente atracción sexual cuando solo hay un vínculo afectivo o emocional hacia una persona concreta, de forma que en ausencia de este vínculo, no se siendo atracción sexual hacia nadie.
Además, dentro del espectro de la asexualidad, hay personas asexuales que tienen un interés romántico o intelectual, y separan el proceso afectivo del sexual, incluso esta atracción romántica puede variar según la orientación sexual (asexuales birománticos, homorománticos).
Por otro lado, hay personas que no experimentan ni deseo ni amor romántico sin que tengan que ser personas con carácter frío o distando con los otros.
También, hay personas asexuales que se masturben y otros no, algunas personas asexuales tienen contactos eróticos y son sexualmente activas y otros no, algunas tienen fantasías eróticas y otros no, etc. El que tienen en común es esta ausencia de atracción sexual hacia los otros. Pero más allá de esto, las vivencias, las experiencias y los modos de vida de este colectivo son muy variados.
En definitiva, la asexualidad es una muestra más de la enorme diversidad y la riqueza que presenta la sexualidad humana, y es muy importante respetar y reivindicar la libertad de decisión sobre la atracción sexual para que cada persona pueda disfrutar de su vida sexual como le apetezca.
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