¿Cómo manejar una ruptura?

Las relaciones sentimentales experimentan diferentes fases desde su establecimiento. Hay momentos en los que la pareja se muestra más cercana, momentos en los que determinados cambios personales afectan a los ritmos del conjunto, incluso periodos críticos en los que puede plantearse la propia continuidad de la relación. 

¿Por qué terminan las relaciones de pareja?

Hay muchas razones por las que un vínculo sentimental puede llegar a su fin. En ocasiones, determinadas conductas que se viven como una “traición” por parte de alguno de los dos miembros de la pareja (como una infidelidad). En otras, por serias dificultades a la hora de manejar las diferencias y el conflicto. También porque la evolución de los integrantes puede tomar vías distintas y que sus propios sentimientos cambien, diluyéndose la sensación de amor. 

En cualquiera de los casos, una separación entre dos personas se entiende a día de hoy como uno más de los múltiples procesos de duelo que podemos atravesar cuando, básicamente, en nuestra vida sentimos la experiencia de pérdida. 

Separarnos de alguien que nos es o nos ha sido querido requiere un periodo de adaptación en el cual asimilamos que parte de las rutinas, costumbres, aficiones, conversaciones que se daban con esa persona ya no van a estar presentes, un periodo que suele contener una cierta cantidad de tristeza, anhelo y dolor. 

¿Qué podemos hacer para que una ruptura sea más llevadera?

- Antes de la ruptura: Tratar de resolver de una forma madura las diferencias con nuestra pareja, exponiendo las dificultades, diferencias y adversidades que encontramos en el día a día. En la medida de lo posible, trataremos de quedarnos con la sensación de haber intentado con todas las herramientas posibles solucionar los problemas existentes entre ambos/as. 

- En la ruptura: No entrar al ataque o a la crítica personal, Seguramente, las dos partes hayáis cometido errores que os han llevado al punto actual, pero será más fructífero que reconozcáis que no habéis podido solucionar las diferencias y que, pese a todo, sigue perviviendo una base de respeto y cariño hacia la otra persona. 

- Después de la ruptura: Analiza si necesitas mantener algún tipo de contacto con tu ya expareja. Algunas personas consiguen transformar su vínculo a un formato “amistoso” con relativa rapidez, pero todo dependerá del contexto de relación previo. 

Sería perfectamente lícito que se necesitara un tiempo de interrupción del contacto con la otra persona para poder integrar de manera más llevadera todo el proceso. Del mismo modo, hacer un análisis de los aciertos y desaciertos que cada parte ha podido tener en la relación nos puede servir de cara al aprendizaje de la experiencia relacional. 

La búsqueda de apoyo social, así como compartir el sufrimiento que se deriva del cambio, también nos ayudarán a manejar la situación en sí misma. 

No obstante, ante todo se ha de entender que una separación es algo natural y que, naturalmente, puede doler. Es cuestión de tiempo y procesamiento llegar a integrar lo ocurrido y todo lo que nos puede servir para nuestro futuro personal y relacional (a cualquier nivel).

Cualquier consulta o apoyo psicológico que necesites tienes a tu disposición T'Escoltem- Servicio de acompañamiento psicológico para jóvenes